Compra un frasco de esmalte craquelado. El esmalte lo
puedes encontrar en cualquier tienda que ofrezca esmaltes para uñas. Si
bien hay unas pequeñas diferencias entre las marcas en cuanto a colores
y al diseño del craquelado, todos hacen prácticamente lo mismo. Si es
tu primer esmalte craquelado, lo más recomendable es que sea de color
negro (un color muy común, si una marca tiene un solo color de esmalte,
probablemente sea negro), plateado o blanco, ya que estos suelen
combinar con la mayoría de colores y te ofrecerán más opciones.
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Aplica una capa de base. Si bien no es necesario, una base protegerá tus uñas, evitará que se manchen y ayudará a que el esmalte dure más.
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Aplica un esmalte de color sólido. El número de capas
que necesites dependerá del color, pero asegúrate de que este color sea
opaco. El esmalte craquelado, al dar un efecto recargado, puede que la
aplicación de un color suave, cremoso y sin mucho brillo, sea una gran
idea para que el efecto craquelado sea la atención principal.
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Espera a que el color base seque por completo. Tan solo para asegurarse, es probable que desees esperar unos minutos más de lo habitual.
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5
Pinta una capa de craquelado sobre el color base una vez que este esté completamente seco.
El efecto dependerá mucho de cuánto apliques. Es recomendable empezar
con una capa ligera, de manera que el efecto sea más obvio, a menos que
quieras un estilo de craquelado menos notorio. Trata de pintar una capa
ligera tan rápido como puedas y evitar volver a pintar donde ya hayas
pintado.
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Siéntate y espera. Algunos esmaltes comienzan a
craquelarse en el momento en el que tocan tus uñas, pero otros se toman
más tiempo para mostrar bien el efecto. Debes poder ver el craquelado
efectuarse ante tus ojos.
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Una vez que el esmalte se haya craquelado de la manera en la que te gusta, aplica un capa de esmalte transparente protector. Esto ayudará a que tu manicura dure más y tus uñas estén protegidas.
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